Alejandra habita en Mars

Alejandra habita en Mars

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Por @rodrigosolo

Había escrito algo duro, fulminante. Después borré. Me autocensuré o regulé mi verborrea. (A ella le faltó lo mismo, pero ella tiene asesores, está en la cima de Sanhattan.)

Pensé en la risita nerviosa de Alejandra, la presidenta de las Afps que tiene una jubilación de un 70% de su sueldo en Estados Unidos cuando trabajó por allá, según averiguaron los siempre astutos de los medios.

He pensado en ella en estos días, con un poco con lástima.

Pobrecita.

La van a echar por desprolija, burda. Pero debo reconocer que tuvo cojones: no mandó a decirnos con nadie que si soñabas jubilarte a los 65,…next, que te mejores querido —y justo se ríe en esa parte de su declaración— porque lo que se viene es trabajar como Nicanor Parra hasta los 103. ¡Toma!

Pobre dama. Seguramente yo no la jubilaré con estas letras, ni sabe que existo, pero serán sus iguales, porque acaba de matar la gallina de los huevos de oro. Acaba de autodestruir las Afps diciendo que cumplirán su promesa comercial. Fake.

Alejandra habita en Mars.

Efectivamente es parte de ese selecto mundo y por eso adjunto esta noticia de hace 20 años que indicaba una proyección de jubilarse con el mismo sueldo, puro humo.

“Las personas que jubilen en 20 años más…”, pronosticó el gerente de operaciones de la época, Fernando Avila (un capo en las ventas el caballero, como el niño del sur que vendia su palito único y especial en 20 lucas).

También adjunto una foto bajo el puente David Garcia.

Ayer la saqué.

Veo una colchoneta donde quizás duerme alguien, un hombre mayor que quedó fuera del sistema, de quien una alta ejecutiva también se ríe y calificaría de chusma querida. Total a ella no le importa si ese señor o yo perdí 11 millones porque mi fondo A se fue a las pailas el 2019. (“Son cosas del mercado”, me dijo mi ejecutiva.)

Veo ese colchón y pienso que podría ser yo algún día que salga de mi zona de confort y no tenga dónde dormir.

Por ahora a darle duro no más al laburo, tomar aliento para mis próximos 53 años laborales mientras Alejandra sigue en otra estratósfera, otros límites del imaginario, quizás en marte.

Sus declaraciones me hacen pensar que quizás vive en jueves.

Ja, Ja, ¡qué chistoso soy!

… como ella no más.

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