La paradoja de nuestro tiempo

La paradoja de nuestro tiempo

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José Alberto López Álvarez

Por: José Alberto López Álvarez, profesor de Castellano-Magíster

Profundas, dramáticas, pero representativas palabras de un hombre singular que a través de la comedia nos entregó un mensaje que la “civilización” no quiso ni quiere escuchar; no se identificó con el ser humano, ni con nación alguna, con ningún grupo ni escuela de pensamiento, menos con la religión, el gobierno o la empresa.

Fue, en el sentido literal de la palabra, “independiente”. Pagó las consecuencias por ello al convertirse en solitario, pero nos dejó su cosmovisión a través de las simples palabras de LA PARADOJA DE NUESTRO TIEMPO. Si cerramos la razón contaminada, abrimos el corazón y observamos nuestras vidas, veremos que son de verdad.

Hoy por hoy hablamos demasiado, pero nos comunicamos menos, tenemos muchos relojes, virtuales y concretos, pero no tenemos tiempo, queremos vivir muchos años pero no llegar a viejos, los gobiernos nos hablan de democracia pero restringen nuestros derechos cada vez más. En fin, al reflexionar sobre esto, pienso en Carlin y su atinada paradoja de nuestro tiempo.

George Dennis Carlin (1937-2008) fue un cómico de Stand-up Comedy, actor y figura de la contracultura, conocido sobre todo por su monólogo “Siete Palabras que no se pueden decir en televisión”, grabado en su disco de 1972 Class Clown.

Desde mi perspectiva, Carlin fue un espíritu sin frontera, un hombre que por su simpleza profunda llegó a constituir, para el vulgo, un ser apático e intrincado, imposible de convivir en sociedad; nada de extraño, pues este es el destino de toda alma desprogramada de aquel absurdo que llamamos equívocamente “civilización”. Como alma libre de todo dogma político y religioso, recibió los embates de la crítica, el ataque y la soledad; empero, siempre se mantuvo en su paradigma filosófico que se puede sintetizar en que “La humanidad es una basura”.

Sólo un espíritu muy selecto, sólo un observador muy profundo de la banalidad de la naturaleza social y humana, pudo, desde una observación aguda y un intelecto preclaro, manifestar las simples pero trascendentales palabras sobre la paradoja de nuestro tiempo. Entre otras muchas ideas, George Carlin manifestó lo siguiente: “La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos. Carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más, pero tenemos menos. Compramos más, pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas. Mayores comodidades y menos tiempo para disfrutarlas. Tenemos más grados académicos, pero menos sentido común. Mayor conocimiento, pero menos capacidad de juicio. Más expertos, pero más problemas…reímos muy poco, manejamos rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez…Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Planeamos más, pero logramos menos, hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información, pero nos comunicamos cada vez menos y menos. Son estos tiempos de comida rápida y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales”.

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