M I C H E L L E

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Victor Cortés Zapata

Por: Vìctor Cortés Zapata

Su vocablo, a veces, transporta a la evocaciòn musical, delicada como su pronunciación afrancesada, suave y sugerente como su nombre femenino, como la mujer que representa, atrapando al oìdo con la belleza cautivante del sucesivo y aletargado desencadenamiento de su envolvente melodía, experimentado como reflejo de un hermoso y calmo amanecer oceànico, iluminado y sombreado a la vez, como brillantes cristales flotando en las salinas aguas, recibiendo los ya màs tenues y agònicos rayos matinales de la luna, cediendo paso a la emergencia vital de la portentosa masa energètica del padre Sol, alimentando a corales marinos y organismos vegetales, capaces de procesar y transformar en energìa utilizable mediante el proceso de fotosíntesis, haciendo de esta manera posible la existencia de vida humana sobre la Tierra.

Esta hermosa canciòn de los Vétales, compuesta -¿cuàndo no?-, a comienzos de los ’60, pujante periodo de cambios sociales, polìticos y culturales, simboliza y refleja fielmente los ideales posibles de una humanidad fraterna, despojada de prejuicios limitantes de las potencialidades y capacidades de incidencia en el progreso social, que se hayan en posesión de cada habitante del planeta. En lo màs personal, al escuchar ya sus primeros compases, en ese estilo tan ùnico y nostàlgico que imprimen a sus composiciones, John Lennon, Ringo Star, Harrison y el aùn vigente Paul Macartney, me traslada inconscientemente como improvisado camillero llevando a mi papà a la sala de urgencia operatoria del Hospital andino, un domingo de abril del ’65, mismo o cercano dìa en que nacìa nuestro primer hijo, el que por ello heredò su nombre, Daniel. Desde algún sector del recinto hospitalario, en esa tranquila y bucòlica tarde, sonaba, desde alguna emisora radial, clara, diàfana y esperanzadora, esta bella melodía beateliana.

Desde otra perspectiva, pronto terminarà su segundo periodo presidencial una mujer real, valiente y delicada, cuyo padre quiso honrar y hacer perdurable su personal gusto musical, haciendo llamar a su pequeña hijita con este bello nombre, Michelle, sin imaginar, quizàs, que luego con el paso de los años, honrarìa a su bienamada familia, presidiendo, participativamente con la ciudadanìa, los destinos de nuestro bello y querido paìs.

Es este un tema controvertido, del cual solo interesa destacar el coraje, su autodominio, el productivo e infatigable diario quehacer, creando, organizando, echando andar soluciones concretas en todos los àmbitos àlgidos del desarrollo de la Naciòn: vivienda, salud, transporte, seguridad, cultura, deporte, comercio interno y externo, a travès de firma de acuerdos, tratados, aperturas y convenios, con paìses desarrollados y los semi-industrializados, de los cinco continentes, sin perder de vista, con algunas vacilaciones, los intereses regionales. Su legado principal, sin duda, serà todo lo referente a la educación, desde el significativo aumento en el nùmero de Salas Cuna, de Jardines Infantiles, asegurando, asì, el bàsico y fundamental desarrollo de los tres a cinco años de vida, etapa en la que se gestan los primeros rasgos de la estructura de carácter, origen de nuestra personalidad, conformada por la afectividad, lo cognitivo o intelectual, y la vida activa del comportamiento manifiesto y el ejercicio de la voluntad, fundamental en todas las tareas que se emprendan. Compromiso que se completa con la gratuidad en la educación, desde la escolaridad hasta la enseñanza superior, proceso gradual que ya cuenta con cientos de miles de familias favorecidas en dichos niveles, lo que constituye un logro inmenso en su significación social, que apunta al aminoramiento de la desigualdad, el gran y màs importante problema que sufre la sociedad chilena.

A su trabajo conductor serio, continuo y responsable, se le contesta por los opositores declarados y por algunos titubeantes oficialistas, con un egoísmo e incomprensión extremo, negando, en la pràctica, la sal y el agua, y tratando, en algunos casos, con dureza y hasta crueldad de cuestionada ironía, a esta digna mujer, que no se ha dejado doblegar frente al improperio, la mentira, la tergiversación, el mito fabricado, respondiendo siempre con la sabiduría que alcanza la persona que, como ella, ha vivido y superado vejàmenes y humillaciones dictatoriales, y desde cuya expresiva y limpia mirada como de su natural actitud, responde y convence con hechos y graduales conquistas sociales, dirigiendo, asì, su paso hacia la culminaciòn de este esfuerzo tenaz, para dar un paso en mejorar la calidad de vida integral a todos los ciudadanos de este país.

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