Adiós a un viejo lindo

Adiós a un viejo lindo

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1905

El pasado 19 de Julio nos dejó un viejo lindo, un hombre sin educación formal, sacrificado, trabajador, de pocas palabras, pero de mucho sacrificio, hijo de Juan y Berta, casado con Marta González, padre de 6 hijos, abuelo de 13 nietos y bisabuelo de 10 bisnietos.

Con una juventud precaria, practicó en forma amateur, como su deporte favorito el boxeo, aprendió el sacrificado oficio de panificador, al pasar los años contrajo matrimonio con Marta González para toda la vida, 58 años de un matrimonio normal con altos y bajos, pero donde siempre existió el deseo de estar juntos, “resulta fácil entender que existe el amor a primera vista, más lo prodigioso es que haya amor entre dos personas que se han mirado durante muchos años”.

Un hombre de pocas palabras, de pocos besos y abrazos, pero de gran corazón, no solo crio a sus hijos, también a varios de sus nietos, entregando valores, tales como el respeto, la honradez, la rectitud, la importancia de que sus hijos estudiaran y se sacrificó para que así fuera, el abuelo de la monedita para el nieto o nieta que iba a visitarlo, siempre atento a las necesidades de su familia más cercana, del vinito al almuerzo, en fin, un viejo lindo que nos amó cuidó y protegió a su manera, cuyo afán sin decirlo era que sus hijos fueran buenas personas, un viejo que no fue comprendido al cien por ciento como se lo merecía, un viejo que sufrió las penurias del sistema de salud imperante después que se le detectó un cáncer a la próstata, ya tenía muchos años, era más conveniente salvar otras vidas, así es la vida de los jubilados de nuestro país. De sus seis hijos, Jorge y Juan lo esperaban en la corte celestial, le sobrevivimos Bernardo, Hernán, Marta y Amanda, de los cuales tres lo despedimos y lloramos su partida; vuela alto padre, vuele alto don Juan Arriaza Jorquera, Dios te tenga en su Santo Reino. Querido Papá, descansa con la tranquilidad del deber cumplido, te amamos.

NOS QUISISTE CON TANTA FUERZA Y BONDAD, QUE TU AMOR ESTARA POR SIEMPRE GRABADO EN NUESTRA ALMA, PAPA.

NO TENDRÉ VIDA SUFICIENTE PARA AGRADECERTE TODO LO QUE HAS HECHO POR MÍ, PERO TE PROMETO QUE NUNCA DEJARÉ DE PENSAR EN TI. NUNCA TE OLVIDARÉ.

Su Hijo Bernardo Arriaza González, la nuera Ester Liquitay Barrera

y sus nietos Francheska y Bernardo Jr.

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