Recordando al agricultor Pancho Carvacho, un personaje popular

Recordando al agricultor Pancho Carvacho, un personaje popular

- en Los Andes
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Se le recuerda a este agricultor como un personaje popular, cariñoso y sociable, que sabía todo lo que ocurría en Pocuro y Calle Larga en general, la gente lo apreciaba y lo respetaba porque tenía muchos conocimientos sobre las familias que allí habitaban. Su casa los fines de semana no podían faltar familiares y amigos en almuerzos y cenas, con alegre conversación y alguien que tocaba el piano. Sus especiales modales de huaso fino y entretenido dada su forma de ser tan natural, que todo lo conversaba en versos, saludaba incluso a la gente con versos, todos floridos y de una comicidad especial, galante y señorial sus encendidas frases hacia las mujeres, a quienes solía saludar mientras cabalgaba en su caballo y las abordada de esa manera, muy cordial. Por ello era todo un personaje cuando se venía de Pocuro a Los Andes a caballo con su asistente Bernardo que debía ir atrás, nunca adelante. Y lo más llamativo era su vestimenta de huaso con ropa colorida y de finas telas, corbatas anchas que hacían más atractivo su desplazamiento por las calles. Al centro hacía su entrada en sentido contrario a los vehículos, por calle Santa Rosa, es decir enfrentándolos, algo que no era cuestionado porque el hombre era admirado a su paso. Sus chaquetas y botones de colores vivos, sus pantalones bien planchados y vistosos zapatos y sombreros. Dejaba su caballo en la Plaza de Armas de Los Andes y caminaba hacia el Banco del Estado, haciendo sonar sus brillosas espuelas, ante la admiración de transeúntes, clientes y funcionarios bancarios. Y cuando tenía al frente a una dama, muy galante la saludaba en versos, algunos «picarones» y otros de tipo amoroso, pero siempre con cierto respeto. También todavía hay andinos que recuerdan, a parte de sus versos, las tallas que le afloraban en conversaciones y fiestas. Pero había ocasiones que cuando saludaba a mujeres se le podía pasar la mano. A una tras verla en la calle y admirar su hermosura le dijo: «mire mijita, usted es muy bonita, pero nunca se le valla a ocurrir prestar su cosita»(L.R.M.)

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